LA HISTORIA ES ESQUIVA A LA RAZON DE LOS HOMBRES

LA VERDAD PURA Y SIMPLE, RARA VEZ ES PURA Y NUNCA ES SIMPLE

domingo, 28 de marzo de 2010


18/01/08
RAISULI, GRANDEZA Y MISERIA.
Abdellatif Bouziane/ Tangerexpress

Fotograma de: (The Wind and the Lion) El Viento y el León, película sobre Raisuli.

(Muley Ahmed Ibn Muhammad Ibn Abdallah al-Raisuli; Zinat, 1875 - Tánger, 1925) Famoso jefe marroquí y líder de una partida de bandidos que puso en jaque a la autoridad del protectorado español en Marruecos y al propio emir alauita.
Descendiente del famoso santón musulmán Muley Abd es-Selam, Raisuli pertenecía a la nobleza jerifiana, aunque su familia era bastante pobre. Fue un personaje que supo conjugar el espíritu medieval de los guerreros musulmanes con su actividad como bandido fuera de la ley y contrario a la autoridad del emir. Desde muy joven, Raisuli abandonó los libros y una carrera como cadí prometedora para dedicarse a una vida llena de aventurar, donde alcanzó rápidamente fama de hombre terrible y aglutinó bajo sus órdenes a todos los bandidos de la región.
Durante treinta largos años, Raisuli sembró el terror en las regiones de Tánger y Tetuán e hizo fortuna exigiendo rescate a las tribus de las montañas y a las colonias de europeos asentadas en las ciudades costeras. Este hecho motivó que el emir pusiera precio a su cabeza. Una vez que fue apresado, Raisuli fue conducido a la cárcel de Mogador (actual Essaouira), en la que permaneció cinco años hasta que logró fugarse en compañía de doce compañeros con los que volvió a dedicarse a su antigua actividad de bandido.
De vuelta en la cárcel, el nuevo emir Abd al-Aziz le puso en libertad a cambio de que éste colaborase con su gobierno, pero Raisuli, una vez recobrada la libertad, se negó en redondo a semejante posibilidad.
Como consecuencia de su decisiva participación, en el año 1907, en el movimiento antieuropeo que acabó con el reinado de Abd al-Aziz y puso en el trono a su hermano Muley Hassan, éste le concedió el título de pachá de Arcila (Asilah) y de varias cabilas de la zona.
Cuentan que hace cosa de un siglo El Raisuli, señor de los beréberes del Rif, le escribió al presidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt algo como esto: «Usted es el viento y yo soy el león. Yo soy el león y tengo que quedarme en mi sitio. Usted es el viento y no sabe cuál es el suyo». Por eso siempre me imagino a El Raisuli como un hombre poderoso y valiente.
Ahmad ibn Muhammad al-Raysuni o al-Raisuni o Raisuli (1875-1925) era su nombre completo. Descendiente del Profeta Mohamed, nació en Zinat, alrededores de Tánger. Era alto y guapo, pero poco inteligente si he de ser sincero. Es conocido mundialmente como “El León del montañas”, aunque los españoles le llamaban el Caudillo marroquí. Fue el cabecilla berebere. Se hizo internacionalmente famoso por los secuestros de Walter Harris, corresponsal del diario London Times en Tánger, del ciudadano norteamericano Ion Perdicarus (1904), y del coronel de la guardia del sultán sir Harry Maclean (1907), por las cuales exigió altísimos rescates. En 1920 se unió al movimiento rebelde de Abd-el-Krim, pero luego rompió con él y se sometió a España a la que facilitó la ocupación de Asilah y Larache, debido a lo cual parece que El Raisuli hasta colaboró y pactó con los españoles en la Guerra de Marruecos. Aliado y enemigo de España. Complejo personaje, figura controvertida hasta en su propio país, nunca se le han reconocido ni siquiera sus esfuerzos por mantener a Marruecos fuera del dominio de los extranjeros.
Es innegable que El Raisuli utilizó métodos que muchos consideran propios de un bandido. Llegó a secuestrar a extranjeros para recibir cuantiosos rescates, base de su inmensa fortuna. Estaba dotado de una ambición desmedida, tanto por la riqueza personal, como por la consideración, casi sagrada, que creía merecer por su origen cherifiano (Descendiente del Profeta), de ahí que ejerciera su poder de manera feudal e inclemente, lo que le valió la enemistad de muchas cabilas. Pero, ante todo, era un patriota, a su manera, que supo manejar con habilidad la torpeza de los mediocres dirigentes políticos españoles en beneficio de una independencia que, por desgracia, no pudo lograr en vida. No dudó en escribir al presidente norteamericano Wilson, después de la primera Gran Guerra, solicitando su ayuda para que Marruecos fuera independiente. Su negativa a pactar con Abdelkrim frente a España le costaría el cautiverio en manos del rifeño y, posteriormente, la muerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario